Voy de camino a casa, es entonces cuando algo me hace levantar la mirada del suelo, y justo cuando levanto la mirada me doy cuenta de que hay esta tú, delante mía. Pensaba que no te volvería a ver, ha pasado tanto tiempo, pero parece que las cosas entre tu y yo no han cambiado.
Comenzamos a hablar tranquilamente mientras nos tomamos un café, en esa cafetería donde tantas tardes hemos pasado juntos. Todo está igual que siempre, son tantos los años que han pasado y sin embargo nuestra relación sigue siendo la misma, estoy tan sorprendida de que no hayas cambiado, que no puedo ni hablar y solo escucho todo los que has hecho durante estos años en los que no has estado, y tus proyecto de futuro que como siempre tan bien organizados tienes.
Te observo y aún conservas esa sonrisa reflejada en tu rostro que te caracteriza. Ahora me toca hablar a mí, y lo único que puedo decir es lo mucho que te he extrañado y que te he echado de menos, pareciera como si el tiempo se parara cuando te fuiste y ahora todo vuelve a su ritmo natural, porque ya vuelves a estar aquí, y es ahora cuando puedo decir que vuelvo a ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario